El padre del heavy metal, Ozzy Osbourne, se presentó ayer en el Estadio G.E.B.A. Acompañado por su actual banda, los músicos Gus G., Tommy Clufetos, Rob "Blasko" Nicholson y Adam Wakeman, presentó su último disco, Scream, además de repasar clásicos propios (Mama, I'm Coming Home,Road To Nowhere, Suicide Solution y Crazy Train) y de Black Sabbath (Iron Man, War Pigs yParanoid).
A lo largo del recital, Ozzy se divirtió hablando con su público y pidiéndole que se vuelva loco. A pesar de su edad (que a los 62 años le obliga a recorrer el escenario con pasos cortos) el cantante se mostró bastante activo: saltó, aplaudió y mojó a la gente con espuma que tiraba de una manguera. Así, el frontman demostró que todavía corre heavy metal por sus venas y continúa siendo el Príncipe de las Tinieblas: sí, no se olvidó de la risa macabra antes de Mr. Crowley.
Antes que subiera el ex Black Sabbath, estuvieron O'Connor, Viticus y Supultura. La gira de Ozzy seguirá mañana por Chile, luego por Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Panamá.
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